Estas soluciones son un poco más caras que los equipos tradicionales, pero contaminan menos porque no usan combustible.
Más allá de la demanda por grupos electrógenos, el verano y los cortes de luz también impulsan las consultas para instalar paneles solares con baterías en el hogar, de manera de tener una reserva de energía en el caso de un corte de suministro. Estas soluciones son un poco más caras que los equipos tradicionales (parten de los $190.000), pero, según referentes del sector, contaminan menos porque no usan combustible y son menos ruidosas.
En principio, existen dos tipos de sistemas fotovoltaicos: por un lado, los sistemas basados en la red eléctrica (on grid), los cuales requieren contar con tensión de referencia de red y no llevan baterías; y, por otro, los sistemas basados en baterías que pueden ser aislados, híbridos o de back up.
Los sistemas basados en baterías se instalan con el fin de generar y almacenar energía para tenerla disponible cuando sea necesario.
Por caso, una instalación híbrida de 3 kwp permite dos o tres días de back up, según Alfonso Mercurio, CEO de Energy Mercosur. “Calculando que no tenés más luz te sirve para dos o tres días con la heladera funcionando y la luminaria. Si prendieras un aire acondicionado, la reserva se acorta a siete u ocho horas, pero esto te permite tener electricidad durante un corte sin problemas”, afirmó.
Por su parte, Andrés Badino, cofundador de Utorak, dijo que el costo de los sistemas depende de la demanda energética. “Cuanto más consumo se quiera cubrir y más tiempo se quiera prolongar el uso, mayor debe ser el equipamiento”, aseguró.
“Se pueden instalar solo baterías o batería más panel. Podés tener paneles para darle energía a la batería o baterías que se activen ante un corte para dar luz. Este sistema también es sustentable porque las baterías no requieren mantenimiento y de hecho son elaboradas con materiales reciclados”, agregó.
Por último, Verónica Sternberg, gerente comercial de Intermepro para Latam y Caribe, consideró que las soluciones con baterías llegaron para quedarse, ya sea para respaldo ante faltas de suministro, reemplazo de grupos electrógenos, o como suplemento a la misma red eléctrica para poder afrontar picos de demanda de manera más eficiente.
“La tendencia es hacia microrredes y sistemas basados en baterías, donde el usuario empieza a ser más consciente de sus consumos y comportamiento energético. No sólo es importante cuánta energía se consume, sino también cómo se consume. Cada día somos más eficientes en el uso de la energía, pero a su vez cada día tenemos la necesidad de estar más y más conectados y por ende demandamos más energía. Hoy no sólo se trata de la iluminación o la climatización, sino de las notebooks, videojuegos, celulares y hasta vehículos eléctricos”, cerró.
Nota original >> LA NACION